Como ocurre con la gran mayoría de los juegos de rol japoneses, Sands of Destruction no busca reinventar el género o renovarlo, sino que tomas las bases m ás conocidas de este y las usa como escenario para integrar una historia interesante en un reto particularmente olvidable. El título se desarrolla dentro de la fórmula clásica en donde vas de un pueblo a un calabozo y de ahí a otro pueblo, enfrentando peleas al azar de las que obtienes dinero y puntos de experiencia cuando sales victorioso. Cada pueblo tiene sus cuatro personajes caminando por las calles para no verse desolado, además de su hostal y las tiendas. Gráficamente el mundo se ubica en 3D con personajes en dos dimensiones, cuya animación es quizá lo más sobresaliente del aspecto visual del título, pues éstas además de fluidas cuentan con gran detalle.
Dejando la presentación a un lado, tenemos que comentar que uno de los problemas más grandes que tiene este título es su historia, ¿porqué? Primeramente por que ésta se desarrolla de manera truncada a momentos, y se toma demasiado tiempo en volverse lo suficientemente interesante como para que le demos algo de importancia a sus personajes. Desafortunadamente, alrededor de unas cuatro o cinco horas en el juego descubrimos que la trama no levantará más allá de lo que esta ocurriendo en ese momento, teniendo villanos genéricos entrando y saliendo de escena mientras que el equipo del héroe ingenuo, la chava ruda, la chica misteriosa y el animal con problemas de actitud sufren por demostrar el grandísimo valor que tienen como personajes en una propuesta que tiene un rumbo tan fijo que se vuelve aburrida.
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