Para los que alguna vez soñaron tener su propia celda de combustible, finalmente están disponibles y a un precio alcanzable. Una celda de combustible (en inglés fuel cell) es un dispositivo que funciona al revés de nuestra querida electrólisis, alguna vez explicada en el colegio o en la universidad. La electrólisis consiste en separar moléculas a través de energía eléctrica. Colocamos agua dentro de un recipiente y al hacer circular corriente eléctrica por ella entre los dos polos conseguimos hidrógeno de un lado y oxígeno del otro. En 1839, a Sir William Grove se le ocurrió que quizás se podría hacer el camino inverso. Es decir, al tener dos componentes como el oxígeno y el hidrógeno, crear energía eléctrica al unirlos. Sus experimentos fueron exitosos creando así la primera celda de combustible.
Las celdas de combustible generan electricidad de manera silenciosa, eficiente y sin contaminación. No hay combustión y no se emite ningún gas de efecto invernadero a la atmósfera. Contrariamente a nuestras tradicionales pilas y baterías, los componentes de las celdas de combustible se recambian evitando tirar toneladas de químicos en los rellenos sanitarios.
La semana pasada, la empresa Horizon lanzó al mercado una celda de combustible portátil llamadaMiniPAK para la recarga de dispositivos electrónicos. La unidad se puede adquirir por Internet a un precio de 100 dólares e incluye dos cartuchos de repuesto. Cada cartucho ofrece durante su vida útil la misma energía que 1000 pilas clásicas AA o mirado de otra manera, por cada cartucho que tiraríamos a la basura hubiésemos tenido que desechar 1000 pilas. Además, éstos no contienen materiales tóxicos y pueden ser reciclados utilizando métodos convencionales.
La MiniPAK es un dispositivo que entra en la palma de la mano y recarga cualquier dispositivo electrónico que requiera hasta 2W de potencia a través de una ficha USB. Está compuesto por una celda de combustible de respiración pasiva y una unidad de almacenamiento de hidrógeno de estado sólido. La celda de combustible es del tipo PEM (Proton Exchange Membrane) o membrana de intercambio de protones en conjunto con una solución que permite almacenar el hidrógeno como parte de un metal.
El cartucho contiene una esponja metálica que absorbe hidrógeno y lo transforma en un hidruro sólido. Tiene la capacidad de luego reinsertar este hidrógeno dentro de la celda a medida que se requiera. La celda PEM respira oxígeno del aire y lo hace reaccionar con el hidrógeno almacenado produciendo mínimas cantidades de vapor de agua y electricidad. Según la compañía la solución es totalmente segura dado que el hidrógeno es almacenado dentro del metal a presiones muy pequeñas.
Horizon apunta a vender el dispositivo en 30 dólares a medida que aumenten los volúmenes de venta. Los cartuchos de recarga que hoy se venden a 10 dólares pasarían de la misma manera a 6 dólares con los mayores volúmenes.
La empresa está también desarrollando una estación de recarga hogareña que saldrá a la venta el próximo mes. La estación llamada Hydrofill se enchufa a la red eléctrica y lo único que hay que agregar es agua en un reservorio, atornillar el cartucho y apretar el botón de encendido. El Hydrofill tomará hidrógeno del agua enviándolo al cartucho.
Queda claro que no es un invento que va a cambiar el mundo pero estos avances son siempre alentadores, sobre todo cuando ya se pueden empezar a utilizar a diario. El gran paso se dará cuando los propios dispositivos tengan incluidos estas tecnologías. No olvidemos cuanto costaba una computadora hace 15 años y las prestaciones que tenía comparada con el común de los teléfonos celulares que están hoy en el mercado. También es importante destacar que si la energía con la cual cargamos una celda de hidrógeno no viene de energías renovables su aporte será menos significativo.
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