martes, 28 de diciembre de 2010

Nuevas revelaciones de WikiLeaks apuntan contra Piñera


Antes de que el pasado 13 de septiembre el presidente de Chile, Sebastián Piñera, dirigiese el rescate de 33 hombres atrapados en la mina San José. Antes de que el 11 de marzo de 2010 lograra convertirse en el primer presidente de derecha elegido democráticamente en los últimos 50 años de su país. Mucho antes de todo eso, la embajada de Estados Unidos en Santiago ya venía escrutando sus pasos con cierto recelo, según quedó a la vista de todos después de las nuevas revelaciones de WikiLeaks.
En un despacho del 9 de octubre de 2009 se lo describía así: "Hombre de negocios competitivo y político que tiende a tomar riesgos, Piñera ha estado vinculado en el pasado a un número de cuestionables acciones sobre sus negocios, pero los votantes parecen relativamente desinteresados por estas acusaciones".
El informe, redactado por la número dos de la embajada, Carol Urban, cita la acusación que salió a relucir el 23 de septiembre de 2009 durante un debate electoral con el candidato presidencial de la Concertación, Eduardo Frei, quien sacó a colación un informe de transparencia Internacional en el que se indicaba que, en julio de 2006, cuando el actual presidente de Chile estaba al mando de la compañía aérea LAN, compró tres millones de acciones varias horas después de recibir un informe financiero de la compañía que no había sido publicado.
Las autoridades bursátiles de Chile investigaron el caso y acusaron a Piñera de "abuso de información privilegiada". Piñera pagó una multa de 700.000 dólares, abandonó la presidencia de LAN, pero negó haber actuado de forma inapropiada. En las semanas siguientes, Piñera acusó a Transparente, la filial de la ONG en Chile, de actuar movida por prejuicios políticos. El debate sobre sus acciones se convirtió en un debate sobre Transparente, hasta el punto de que un miembro de esta organización tuvo que dimitir.
Lo que llamó la atención de la embajada fue la forma en que Piñera consiguió volver las lanzas contra Transparencia. Eso fue posible, según los diplomáticos, gracias a tres factores: un admirable equipo de campaña deseoso de pasar al ataque, la mediocre estrategia comunicativa de su oponente y la ayuda de la "prensa de Santiago, generalmente conservadora".
En el cable se reseña con crudeza el periodo en que Piñera ejerció como director general del Banco de Talca (1979-1980). "Como muchos otros bancos de la época -y no muy diferente de la reciente crisis financiera de Estados Unidos- el Banco de Talca concedió muchos créditos arriesgados, que inicialmente generaban apreciables beneficios, pero finalmente llevaron a la bancarrota. Sin embargo, Piñera y otros directivos del Talca fueron más allá de las típicas actuaciones inapropiadas de la época. Además de los créditos dudosos que aprobaron, también crearon docenas de falsas compañías, les concedieron créditos del banco y usaron esos fondos para comprar más acciones del banco".
El informe concluye: "Tenaz y competitivo, Piñera maneja tanto sus negocios como su política hasta los límites de la ley y la ética. Algunas de sus acciones, como prestar dinero a empresas ficticias, parecen cruzar claramente la línea de la incorrección legal. Otras veces, sin embargo, parece más una víctima de las circunstancias, de la negligencia o de la inmensa vastedad de su fortuna".


Fuente:La Nacion.

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